Reseña: Shigatsu wa Kimi no Uso

Director: Ishiguro Kyohei
Fuente: Manga
Géneros: Drama, Música, Romance, Escolar, Shounen
Estudio: A-1 Pictures
Episodios: 22
Año: 2014
Personajes principales de la serie

Adorada por muchos, defenestrada por otros, Shigatsu wa Kimi no Uso (Your Lie in April) es una serie que no dejó indiferente a nadie. Su premisa musical raramente tocada (pero no única) acompañada de un apartado audiovisual increíblemente cuidado llamó la atención de la comunidad desde el primer momento. Pero, ¿es realmente tan buena?

A-1 Pictures acostumbra a ser un estudio lamentable
La serie está animada por el estudio A-1 Pictures, que, si me permitís la expresión, me gusta considerarlo como el rey Midas de la mierda (todo lo que toca se convierte en mierda), y sería incorrecto afirmar que Shigatsu no se ve perjudicada por este factor. El estudio siempre pone un gran esfuerzo en los visuales pero, con escasas excepciones, suele descuidar mucho el guión y la escritura de sus personajes, especialmente adaptando contenido. En Shigatsu esto no se cumple del todo, ya que la serie consigue ir de punto A a punto B y los personajes están bien caracterizados, con su propio arco argumental. Algunos de ellos, al menos. El gran problema de esta serie radica en diversos factores, que veremos a continuación.

Shigatsu wa Kimi no Uso pretende ser una serie drámatica que ronda, deduzco, los temas de autosuperación y no rendirse ante las adversidades del pasado o el presente, aunque considerar esa superflua profundidad temática como algo intencionado quizá sería darle demasiado crédito al autor. Por supuesto, no me refiero a que la presencia de elementos dramáticos en la trama esté mal, el problema es cómo son manejados, ya que la serie se revuelve constantemente en un melodrama estúpido que intenta hacerte sentir pena a la fuerza por los personajes, en lugar de generar reacciones cabales y coherente con la situación. Shigatsu recurre al zafio recurso de la empatía emocional más básica cuya máxima es "si yo lloro, tu lloras" por la que hace que todos sus personajes se derrumben y lloren al más mínimo atisbo de drama o conexiones con su pasado.
La comedia es terrible y sólo te saca de la experiencia
Esto, aunque muy molesto, podría ser disculpable si al menos la serie mantuviese un tono constante y unas intenciones más claras, puesto que la comedia de la serie es tan mala y, sobre todo, está tan horrendamente colocada que sólo consigue sacarte bruscamente de la situación dramática que se está presentando en pantalla. Entiendo y apoyo la necesidad de la comedia como instrumento para aliviar la carga dramática de una serie con esas características, pero nuevamente el problema es cómo es manejado. Series también dramáticas como Clannad o incluso Anohana lo llevan mucho mejor, difuminando los límites de la comedia y el drama para amenizar la transición y el alivio trágico. En resumen, una comedia caricaturesca, brusca y sin esencia ni gracia que da más ganas de llorar que el intenso melodrama de la serie.

Otro problema (spoilers en este párrafo, y los fans que estéis leyendo esto tranquilos, ya estoy cerca de llegar a los pros!) es la importancia que se le da a ciertos personajes y su función en la serie. En concreto cierto personaje, cuyo nombre es Tsubaki: amiga de la infancia del protagonista que acaba enamorándose de él (premio al cliché del día, por favor, pase por recepción a cogerlo) que tiene su propio arco argumental de anagnórisis de sus sentimientos y que pasa relativamente a la acción respecto al tema. Todo bien hasta ahí, el personaje no me disgusta en absoluto y su arco está relativamente bien manejado, pero al final de la serie... su personaje y todo lo pasado no ha servido absolutamente para nada, ya que sus acciones y sentimientos no cambian en absoluto cómo actúan los personajes principales ni cómo termina la historia, un personaje totalmente invisible e inútil, así como la gran mayoría de secundarios, pero ésta teniendo un papel mucho más notorio en términos de tiempo en pantalla. Un desperdicio.

El resto de personajes (y con ello me refiero al dúo principal) son en verdad bastante buenos. Arima Kousei es el personaje que, aún con todo el exceso de melodrama, más cabalmente reacciona y actúa de la serie; tiene traumas y se comporta de forma oscura, pero sin llegar a lo edgy ni lo desesperante; un personaje bastante balanceado con un arco de personaje satisfactorio. Pocas pegas le puedo poner, aparte del melodrama general de la serie.
Kaori Miyazono, por su lado, tiene bastantes contradicciones en términos de objetivos y comportamiento, pero también se salva bastante. Es obvio que su personaje es un vehículo para que la trama avance, pero su interacción y química con Arima es buena.
El resto de personajes son olvidables, con mención especial a los dos pianistas rivales de Arima, los cuales tenían potencial si la trama hubiera ido por esos derroteros, o la relación de Arima con su madre, pero ambas tramas fueron dejadas de lado en pos del melodrama.

Con esto llegamos al gran pro de la serie: la música. La visión y mentalidad que se muestra en esta obra de la música es notable, cómo esta influye, afecta y condiciona a todos los personajes, o cómo ser capaz de mostrar la diferencia entre registros musicales más alegres, o rígidos, de una forma tan sencilla. Realmente, en lo referente a la música, consigue dar vida a un manga que, aunque no he leído, debe tener unas limitaciones claras a la hora de expresar esas cosas por el simple medio.
Lectura aparte de esto es su banda sonora, que si bien es buena, no creo que la dirección musical (esto es, saber bien donde poner cada canción y en qué momento) sea la mejor, por lo que casi diría que es una banda sonora que se disfruta más escuchándola sin más que en el propio contexto de la serie.

La animación, por su parte, es excelente, como prácticamente todo lo que hace A-1 Pictures (curioso que Shinsekai Yori sea su mejor obra de lejos y cuente con esa animación tan irregular, según el episodio). Excelente uso de los colores según el contexto, fondos preciosistas, movimiento fluido, diseños de personajes simples pero efectivos por su nivel de detalles, e incluso innovando un poco con la inclusión de labios algo más realistas. Pocas pegas que ponerle, así como los openings y endings, todos de gran factura.  Incluso hay alguna escena donde se usan los brillantes visuales y la música en favor de la narrativa para contar mediante la imagen importantes acontecimientos de forma excelente. Una pena que no se repita mucho a lo largo de la serie.

Terminamos así pues con Shigatsu wa Kimi no Uso, una serie con tremendo potencial para haber sido una gran serie si hubiera tomado una vía más natural para desarrollarse y no recurrir a melodrama ni recursos dramáticos baratos. La historia, si bien se desvía a través de varios rellenos, consigue llegar hasta el final, el cual es muy decente por sí solo, y justifica en parte el paseo de lloreras que hemos atravesado, en el cual yo, por lo menos, no he llorado. Una serie en la que te tienes que quedar con la música en todas sus vertientes y soportar los importantes problemas dramáticos, cómicos, de estructura y de personaje para terminarla satisfactoriamente. La serie en conjunto no es mala, o al menos no tanto como otras de A-1/10 Pictures para que no la salve y bien el depurado apartado técnico y audiovisual, aparte de un par de personajes bien conseguidos. Según tus exigencias, puede llegar a ser muy disfrutable.

Get on the melodrama train

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